Despedida antológica de Shelly Ann Fraser
Después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura japonesa conquistó al mundo y se convirtió en un nuevo poder. Una de las reglas no escritas de los nipones es leer el aire, captar el ambiente y percibir las vibras del lugar y de la situación. Shelly-Ann Fraser, acostumbrada a 18 temporadas de recorrer el mundo sin parar, sintió en su piel la relevancia del día, el último suspiro del Mundial de Tokio y el último de su carrera deportiva.