La edad de oro
Tania Valverde, de 36 años, ejerce de guardiana más allá de las verjas del puerto vigués, en ese territorio fronterizo de reglas propias. Vigila los accesos, ordena el tráfico y fiscaliza el ajetreo de pasajeros y mercancías. Miguel Gómez, de 42, apacienta a los estudiantes de Industriales. Les instruye sobre los misterios de la ingeniería mecánica y del alma que la concibe. Los dos, la policía y el profesor, concluida la jornada laboral, se despojan de protocolos para retornar al tartán. A la libertad de su vuelo y su galope. Valverde acaba de proclamarse campeona de Europa de salto de longitud en M35; Gómez, igualmente campeón en 200 en M40. Reyes otoñales en esta recién estrenada primavera, ninguno le fija caducidad a su pasión. “Es como que lo disfrutas mucho más”, asegura Valverde del atletismo.
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