Lázaro García, el deporte como lección de vida 40 años después
Cuenta Lázaro García Amado (Cáceres, 1951) de manera gráfica que «me levanto todos los días cojo». ¿El motivo? Sus entrenamientos para intentar convertirse en uno de los mejores velocistas europeos máster en el año 2026. Sí: el expolítico y expreparador físico de equipos como el Cáceres CB que subió a la ACB en el 1992 dedica su día a día a prepararse para el reto que se ha autoimpuesto, que es volver a correr «muy en serio» los 200 metros. Y todo ello, con una rigidez y una disciplina a prueba de años. Y también a prueba de enfermedades: hace tres, una trombosis pulmonar puso en peligro su propia existencia. «El equipo médico que me atendió me dijo: ‘usted se ha salvado por el deporte que ha practicado’», asegura que le transmitieron.