NOTICIAS

«No quería ver hacia atrás»

«No quería ver hacia atrás»
Ester Navarrete baja las escaleras de su casa con dificultad (“como si fuese Robocop”) y pese al esfuerzo del día anterior y los cuatro meses que lleva sin parar de entrenar (salvo el 1 de enero que se lo concedió de descanso) sale a correr de forma suave (“me fui a un sitio donde para no encontrarme con mucha gente porque daba vergüenza verme”). Son las consecuencias del primer maratón de su vida, el que le sirvió para conseguir el billete para los Juegos Olímpicos al cumplir los dos requisitos que pedía la Federación Española: ganar el Campeonato de España y hacerlo con una marca inferior a 2:26:50. Dos minutos le sobraron a la viguesa que en su estreno en la distancia hizo trizas los pronósticos más optimistas. Vive Ester el día siguiente a su logro con una felicidad controlada. Repasa la carrera con frialdad, esas dos horas y media en las que a uno le da tiempo a pensar en mil cosas y atravesar estados anímicos de toda clase. La posibilidad de ganar en Sevilla el billete directo para París reunió en la línea de salida del Paseo de las Delicias de la capital andaluza a tres de las mejores maratonianas españolas (Fátima Ouhaddou, María José Pérez y Meritxell Soler) junto a la debutante Navarrete, sin referencias en la distancia, una incógnita incluso para ella. Se trataba de correr muy rápido, pero también de ganar el resto. Momento para contenerse y para trabajar la carrera desde un punto de vista táctico. Explica la viguesa que las aspirantes a la corona salieron desde el principio disparadas: “Se suponía que había una liebre que iba a buscar un tiempo de 2:26, pero al primer kilómetro vimos que iba demasiado rápido y nos miramos sorprendidas y decidimos frenar. Nos integramos en un grupo que iba con la idea de llegar en 2:26 o un poco menos y allí pudimos ir cómodas durante la carrera”. Fue Fátima Ouhaddou la que sí quiso marcharse desde el principio y ahí llegaron las primera dudas para la viguesa: “El kilómetro diez lo pasamos en 33:55 que era más rápido de lo que teníamos previsto y me sentía muy bien. En ese momento María José Pérez dio un tirón y mi primera idea fue la de ir con ella porque me veía con fuerzas y ritmo para seguirla. Pero Dani, mi compañero de entrenamiento, me advirtió y me dijo ‘Ester, esto es muy largo’ y me frenó para que esperase”. La compañía en una carrera de este nivel es muy importante. Navarrete corrió durante buena parte de la carrera con su compañero Dani con la idea de que le ayudase en los avituallamientos. Fuera de las cuerdas seguían la carrera comiéndose las uñas su marido y su entrenador, Manuel Vigo. Por su parte Meritxell Soler –a la postre la gran rival de Navarrete– estuvo escoltada durante todo el maratón por su marido y un compañero de equipo que la llevaron hasta la meta.

Seguir leyendo

Scroll al inicio