Marita Koch ostenta, bajo la bandera de la ya extinta República Democrática Alemana, un palmarés sobrecogedor: un oro olímpico, 3 oros y una plata en Campeonatos del Mundo, 7 oros y 3 platas en la extinta Copa del Mundo, 6 oros en Campeonatos de Europa…
Al margen de su infinidad de victorias y grandes resultados en competiciones nacionales e internacionales, su carrera atlética destacó también por un motivo: la incesante búsqueda del récord mundial de los 400m.
En su disciplina predilecta conseguía alzarse por primera vez con la plusmarca planetaria el 2 de julio de 1978 en Leipzig (RDA), deteniendo el crono en 49.19, y apropiándose de un récord doblegado hacía ya casi dos años (estaba en poder de la polaca Irena Kirszenstein). De ahí en adelante, cinco mejoras (49.03, 48.94, 48.89, 48.60 y 48.16), la última, en septiembre de 1982. La controvertida checoslovaca Jarmila Kratochvílová se convertía en agosto del 83 en la primera mujer que rompía la inquebrantable barrera de los 48 segundos (47.99), planteando el duelo. Y controvertida porque, al igual que en el caso de Koch, se trata de dos atletas sobre las que siempre ha pesado la sombra de la duda. La sombra del dopaje.
Koch conseguiría, el 6 de octubre de 1985, durante la celebración de la extinta Copa del Mundo de Atletismo en Canberra (Australia), un estratosférico 47.60, en una carrera que la alemana oriental recuerda como un «ahora o nunca; sabía que si podía bajar de 48 segundos, era en aquel momento». Con 28 años, Koch arribaba al culmen de su carrera atlética. Y tan sólo un año después, lastrada por las lesiones e imposibilitada, según sus propias palabras, para «mantener mi ritmo de entrenamientos», decidía, en una enigmática maniobra, antes de cumplir siquiera los 30 años, abandonar la alta competición.
La sospecha no ha hecho sino plantear profundamente la posibilidad de que Marita fuera, quizá, bastión vital y pieza angular de la ya desnudada trama, asumida años después, del posteriormente denominado dopaje de Estado, siniestra historia de dopaje sistemático, estatal, organizado y, de alguna manera obligado, practicado con vehemencia de manera paradigmática por la República Democrática Alemana durante las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, sobradamente demostrada y documentada al paso del tiempo. Koch siempre negó su implicación, achacando sus inmensos éxitos a su durísimo trabajo. A las preguntas sobre dopaje, Koch jamás accedió a hablar del tema. «Las últimas veces que lo hice se tergiversaron mis palabras».
En su totalidad, batió la plusmarca mundial de 400m la friolera de siete veces, haciendo lo propio con la de 200m en otras cuatro ocasiones (aunque después se la arrebataría, primero su compatriota Heike Drechsler -que compitiera durante muchos años bajo bandera de la Alemania Oriental-, y después a esta la norteamericana, ya fallecida, Florence Griffith-Joyner, que aun la conserva, en una marca sobre la que también pesa profundamente la sospecha, no sólo en este sentido, sino también por otras razones).
Para hacerse una idea de la dimensión de la marca de Koch, aún vigente, dos datos:
– Primero, desde que Koch consiguiera fijar la marca en 47.60, solamente cinco atletas han conseguido bajar de los 49 segundos: la ucraniana Olga Vladykina-Bryzgina (48.27, también ese día en Canberra, segunda tras Koch); el 29 de julio de 1996 lo conseguían la francesa Marie-José Pérec (48.25) y la australiana Cathy Freeman (48.63), en la final de los JJOO de Atlanta; la mexicana Ana Guevara (48.89) el 27 de agosto de 2003 en la final de los Campeonatos del Mundo de París; y la jamaicana nacionalizada estadounidense Sanya Richards-Ross (48.70) en la Copa del Mundo de Atletismo en Atenas en 2006. Solamente dos veces, por tanto, en los años de siglo transcurridos.
– Y segundo, la mejor marca mundial de este año 2013 en la prueba data del 19 de julio en Mónaco, meeting de la IAAF Diamond League, conseguida por la atleta de Botswana, Amantle Montsho. El tiempo… 49.33. A años luz de la plusmarca de Koch. Más de un segundo y medio.
Aquí, el vídeo de la estratosférica carrera: